26 jun 2018

La casa de la calle Winston

Siempre
fui un niño muy solitario mi mama siempre cambiaba de ciudad por el trabajo y yo no podía tener amigos estables, pues siempre que hacia nuevas amistades teníamos que cambiarnos a otra ciudad, hasta que al fin un día mi mama me dijo
-Se acabaron los cambios-
Yo le pregunte emocionado
-¿En serio? ¿ya no nos cambiaremos? ¿puedo hacer amigos bien sin temer el despedirme?-
Ella contenta respondió con una sonrisa
-¡Claro cariño! ya no tendrás que despedirte de tus nuevos amigos-
Yo me sentía feliz, al día siguiente cuando regresaba de la escuela me encontré a varios niños que comentaban varias historietas de fantasmas y fenómenos paranormales al pasar frente a ellos dije en voz alta
-Esas cosas son para tontos y supersticiosos-
A lo que uno de ellos volteo con gesto molesto y me dijo
-Si estas tan seguro de que los fantasmas no existen te reto a pasar la noche en la casa embrujada de la casa Winston ¿si te atreves?-
Como es obvio yo no me negué y acepte el reto que iluso, yo siempre creía que todo tenia explicación lógica así que no temía a nada, el me dijo
-Esta bien pasaras la noche ahí pero si sales corriendo serás una gallina por siempre-
Me tendió la mano en señal de aceptar el trato yo le di la mano, eso era un trato, me dieron los detalles de la casa y acordamos la hora de la cita, me fui a casa para prepararme para la noche y poder pasar la noche en la casa, para demostrarle a todos que los fantasmas son cuentos para asustar niños.
Al anochecer llegue temprano a la dirección calle Winston 5024 ahí estaba esperando a los chicos, paso un rato y comencé a pensar que solo era una broma de ellos, cuando me decidí irme a casa ellos salieron doblando la esquina y me explicaron, las reglas de la visita a la casa embrujada No podrás salir hasta que amanezca, nadie te acompañara, deberás alumbrar por cada ventana con la lampara para que sepamos que sigues dentro, hasta que salga el sol-
Yo acepte y comencé a caminar hacia el porche de la casa, era una casa vieja con un gran porche, las escaleras para subir a la puerta crujían a cada paso que daba, al llegar frente a la puerta, esta estaba desvencijada y colgando de las bisagras pensé que se caería cuando la abrí rechino de una forma que me asusto, voltee a ver a los chicos y entre a la casa me sentí solo por un momento,
esa sensación de soledad que te embarga cuando te sientes vulnerable, no podía creerlo me sentía asustado por un momento, pero me sobrepuse y comencé a caminar por la enorme casa, alumbrando con la lampara que me dieran los chicos, la luz de la luna llena se metía por las ventanas y la iluminación era muy pobre, pero con la lampara podía ver mejor subí por las escaleras al piso alto, los escalones crujían a cada paso al llegar arriba, había un pasillo muy largo y al fondo pude ver algo que flotaba de manera extraña, poco a poco me fui acercando y lo que vi me sorprendió, esa sombra parecía un fantasma, pero no podía ser real los fantasmas no existen pensé para mi, así que trate de darme valor y seguí adelante buscando una explicación lógica, y si tal como yo lo pensaba, era solo una sabana colgando de una repisa que era movida por el aire, que se colaba por una ventana, respire aliviado y me acerque a la ventana para alumbrar y que los chicos me vieran, ellos hicieron lo mismo par que yo también los viera, después de que metí la mano con la lampara, seguí mi camino, recorrí todas las habitaciones en la planta alta, pude escuchar un alarido que provenía de una de ellas, entre nervioso a investigar y por que tenia que lanzar la luz por la ventana de esa habitación, volví a escuchar el alarido macabro que provenía………………… de unas botellas vacías y el aire corría por ellas provocando tan espeluznante sonido, pero solo eran botellas, nada sobrenatural continué por la casa baje a la cocina pude escuchar un sonido sordo como de golpes detrás de las paredes, me acerque un tanto nervioso no lo niego había una tabla suelta en la pared, la levante y un gato negro salió corriendo el pobre se quedo atrapado entre la pared, volví a estar tranquilo nada de que preocuparme seguí hacia el sótano donde escuche claramente un sonido metálico como quien arrastra cadenas, ahora en verdad me asuste y estuve a punto de salir corriendo, pero recordé que nada de esto existe, así que busque lo que provocaba ese sonido y por fin lo pude ver………………………….era una maquina vieja y oxidada que daba vueltas por una caída de agua del baño del piso de arriba, y halaba una cadena que sonaba en el piso, paso la noche sin mas contratiempos, al amanecer salí me sentía cansado a si que todos nos fuimos a dormir un rato.
Al día siguiente volví con los chicos y las dije muy seguro de mi
-Ya ven los fantasmas no existen-
Uno de ellos, el que me reto a pasar la noche en la supuesta casa embrujada, le dijo a otro
-muestra-le la revista-
Al ver el encabezado me que de helado, no podía creer lo que leía, salí corriendo hacia la casa embrujada, al llegar mi sorpresa fue mayor al ver la casa……………….no lo podía creer!……………la…..ca……..casa…………ya……….no………….no……….. estaba, no era posible ¡yo entre en ella! ¡yo estuve en ella! al leer el articulo que decía -la casa de la calle Winston se quemo hasta los cimientos nada se pudo salvar- ¡¡¡¡¡¡por eso no vi fantasmas dentro……………………… la casa era uno!!!!! por eso no había fantasmas dentro.

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