28 ago 2017

Aniago

   

El monasterio Cartujano de nuestra señora de Aniago se encuentra muy cerca de Villanueva de Duero, junto a la desembocadura del río Adaja en el Duero, a tan sólo 20 km de la capital vallisoletana.
Lo primero que hay que decir, es que las ruinas de la Cartuja de Aniago se encuentran dentro de una finca agrícola particular y valladas en casi todo su perímetro, por lo que su acceso no es fácil. Desconozco si te ven dentro te puedan echar, ya que el estado de abandono del lugar no invita a pensar que les importe mucho, eso sí, siempre y cuando seamos respetuosos tanto con las ruinas como a las labores agrícolas que allí se realizan.
Centrándonos en su historia, los Jerónimos se instalaron en el S.XII. A principios del S.XIV Aniago era un pequeño pueblo que pertenecía a Valladolid, este en 1365 lo vendió a la Reina Dª Juana, y once años después en 1376, la reina lo dono a Fray Pedro Fernández, prior del monasterio de San Jerónimo de la Fita, para que fundase un convento de su orden, la de San Agustín. Sin llegarse fundar, este convento se vende en 1409 a D.Joaquín Vázquez de Cepeda, obispo de Segovia, para que se fundara allí un monasterio de Canónigos. En 1436, D. Joaquín Vázquez de Cepeda otorgó testamento nombrando patrona del lugar a la reina Dª María de Aragón, esposa del rey D. Juan II de Castilla. La reina decidió levantar un nuevo monasterio cartujano que se fundó en 1441.
La Cartuja de Aniago es la única construcción de esa orden en Valladolid. Condición que mantuvo hasta la desamortización de Mendizábal en 1835, que pasó a manos de un particular.
¿Qué podemos ver en Aniago? Pues lo primero que se ve y más destaca es la espadaña de unos 22 metros de altura, que pertenece a una iglesia de estilo gótico y planta cuadrada, la cual todavía mantiene escayolas y motivos decorativos.






















22 ago 2017

"Mi Casita de Muñecas"



"Mi Casita de Muñecas"


Recuerdo aun el olor a humedad al entrar...

Sus viejos pilares que todavía gritaban vida y risas, buenos momentos....
El olor a chimenea recién encendida, la leña quemándose, su calor arropando aquella familia...
Debían de ser pocos pero bien avenidos por el tamaño de aquel pequeño hogar.
Me imagino las conversaciones, risas y debates a la hora de la cena en invierno
Me impacto sobre todo su pequeña habitación abuhardillada...Sus pequeñas ventanas y armarios...Esas ventanas por las que entraba un sol resplandeciente en las mañanas de verano, cuando aun el Sol no daba de lleno pero calentaban los sueños y el alma
de algún pequeño jugando a ser mayor.


Su pintura carcomida por el tiempo, blanco añil quizá en su día. Ahora solo quedan despojos y algún que otro isóptero agujereando su pasada madera.

Un viejo baúl...quien sabe cuantos recuerdos y secretos guardaba, quien sabe si sirvió como guardes de vieja ropa usada o cartas y fotos que quedaron en el olvido, un pasado que quiero plasmar en este presente.

Su escalera desprendía subidas y bajadas apoyadas en su vieja barandilla de madera, quien sabe cuantas reprimendas en aquella niñez por no caer o tropezar jugando entre prisas y risas.

Su pequeño cuarto de baño...me sorprende su bañera y mi imaginación vuela!! Dos pequeñas tal vez jugando con su espuma embriagadas por un dulce aroma a niñez, unas burbujas llenas de sueños, tal vez un bigote en sus rostros o hermosas pelucas en
sus cabezas. Quizá una bañera llena de espuma esperando el amor de dos padres deseosos de paz y amor, de relajación y armonía, de momentos inconfesables llenos de ternura.


Un espejo que reflejaba cada pequeño detalle ( solo el alma es bueno y no se engaña ante un espejo).

Una casita de muñecas sí! Pero grandes los recuerdos que puede albergar en sus cimientos y grandes sus vivencias en cada uno de sus moradores....





















Mi pequeña casita de Muñecas....

8 ago 2017

Monasterio Cartujano de nuestra señora de Aniago



El monasterio Cartujano de nuestra señora de Aniago se encuentra muy cerca de Villanueva de Duero, junto a la desembocadura del río Adaja.
Lo primero que hay que decir, es que las ruinas de la Cartuja de Aniago se encuentran dentro de una finca agrícola particular y valladas en casi todo su perímetro, por lo que su acceso no es fácil.
Centrándonos en su historia, los Jerónimos se instalaron en el S.XII. A principios del S.XIV Aniago era un pequeño pueblo que pertenecía a Valladolid, este en 1365 lo vendió a la Reina Dª Juana, y once años después en 1376, la reina lo dono a Fray Pedro Fernández, prior del monasterio de San Jerónimo de la Fita, para que fundase un convento de su orden, la de San Agustín. Sin llegarse a fundar, este convento se vende en 1409 a D. Joaquín Vázquez de Cepeda, obispo de Segovia, para que se fundara allí un monasterio de Canónigos. En 1436, D. Joaquín Vázquez de Cepeda otorgó testamento nombrando patrona del lugar a la reina Dª María de Aragón, esposa del rey D. Juan II de Castilla. La reina decidió levantar un nuevo monasterio cartujano que se fundó en 1441.
La Cartuja de Aniago es la única construcción de esa orden en Valladolid. Condición que mantuvo hasta la desamortización de Mendizábal en 1835, que pasó a manos de un particular.
¿Qué podemos ver en Aniago? Pues lo primero que se ve y más destaca es la espadaña de unos 22 metros de altura, que pertenece a una iglesia de estilo gótico y planta cuadrada, la cual todavía mantiene escayolas y motivos decorativos.





















Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...