Una vez más salimos en busca de un nuevo abandono, y dimos con esto.
Muchos de vosotros ya lo conoceréis por alguno de los blog que han escrito sobre ello. Yo no quiero repetirme en lo que fue aquello, tinajas grandísimas unas rotas por el paso del tiempo y otras intactas, a unos metros unas pequeñas casas que debieron ser de los trabajadores, visitamos una por una cada casa, todas eran iguales exceptuando una que debía ser del dueño.
Mis dudas y preguntas empiezo hacérmelas rápido, cada casa era un mundo diferente unos sentimientos distintos, quien, como, porque.
E l único ruido que se oía eran el revolotear de las palomas y el ruido de los arboles meciéndose al compas del aire, gracias a Dios no estaban muy pintadas por los graffiteros esos indeseables que hacen daño por placer y dejan una pintada como que estuvieron allí, pero en fin, siempre los habrá.
De vuelta a casa pensaba como debió ser aquel lugar, risas, lagrimas, plantas en cada una de sus casas, esas navidades que eran tan distintas a las de hoy, donde todos los vecinos ese día eran una gran familia se compartía todo, hoy vamos a ver quien tiene mejor su mesa y gastar lo que no tenemos, antes la gente era más humilde.
En fin no quiero, cansaros porque muchos de vosotros lo habréis vivido, un día más regreso a casa con una nueva experiencia de un nuevo abandono y haciéndome mil preguntas.