Silverpilen: el tren fantasma de Estocolmo

En las cercanías del sistema ferroviario de Estocolmo (Suecia) existe una leyenda bastante particular. Habla de la existencia de un tren misterioso, que sólo recoge pasajeros en las noches para llevarlos a destinos desconocidos. De una apariencia fantasmal, de acuerdo con los testigos el tren estaría compuesto por vagones de aluminio de modelo C5.
Lo más interesante del asunto es que dicho tren efectivamente existió: se construyó un único modelo a mediados de los 1960 s y, aunque como reserva, se mantuvo activo hasta el año 1996. Debido a que no operaba regularmente solo lo enviaban en las horas más concurridas, o como reemplazo de trenes dañados o en reparación muchos habitantes de Estocolmo no lo conocían hasta que lo veían llegar un día, tarde en la noche, con su característico color plateado. Esta apariencia fantasmal  al menos comparándolo con los trenes verdes tradicionales de la capital sueca  podría explicar el surgimiento de la leyenda.Desde 1996 el tren, oficialmente, dejó de funcionar, pero las personas siguen mencionando que pasa, tarde en las noches, por las vías. Se dice que rara vez se detiene por algún pasajero, pero que cuando lo hace este pasajero desaparece por algunos meses antes de bajarse en otro punto del sistema. En ocasiones, el pasajero jamás vuelve a aparecer.
Existe una estación abandonada en la línea 11 del metro de esta ciudad, sobre la cual existen gran cantidad de leyendas (reza el dicho sueco Solo los muertos se bajan en Kymlinge. Esta leyenda se ha relacionado mucho con el tren fantasma del que se dice que es la única manera de bajarse allí. Nadie sabe qué se encuentra en la estación, pero los relatos hablan de un portal al otro mundo, donde se bajarían los espíritus que usarían el Silverpilen para llegar a su destino.
En 1997 una serie sueca de televisión recolectó todas estas historias en una serie llamada Det Spökar. Sin embargo, nadie ha recolectado todas las apariciones del tren entre 1997 y la actualidad, por lo que es difícil saber qué tanto se ha presentado ante los habitantes de Estocolmo. En todo caso, aunque se presentara, nadie lo tomaría… y quien lo tome seguramente no volverá para contarlo.