Ahora vamos con una de misterio… Aunque con solo ver el nombre del callejón del Infierno o el callejón del Diablo ya se nos ponen los pelos de punta, y más si paseamos por la noche por estas dos calles. Todo el mundo se pregunta al pasar por aquí, el por qué de esos nombres.
Cuenta la leyenda que un cristiano noble toledano, Felipe Pantoja se encontró con una bruja toledana, conocida como la Diablesa. Su objetivo: necesitaba un conjuro para acabar con un competidor: Samuel, el pretendiente de Rebeca y con el que Felipe Pantoja quería acabar, terminó muriendo a causa del conjuro preparado por la Diablesa y Felipe consigue casarse con la ya conversa Rebeca con la iglesia de San Torcuato como testigo.
Tras esto, Felipe Pantoja tuvo que pagar un alto precio en monedas de oro a la bruja toledana. Pero cuando las monedas tocaron las viejas manos de la bruja, llamas blancas y azules empezaron a surgir de su mano y del resto del cuerpo y un fuerte chillido inundó la habitación donde se encontraban y que acabaron consumiendo su desgastado cuerpo. Al mismo tiempo. Felipe Pantoja fue empujado por una fuerza sobrenatural al suelo, fuera de la casa de la bruja.
Creyéndose muerto, vio su aterrado reflejo en un charco y salió huyendo de ese espantoso lugar, dejando allí tiradas sus cincuenta monedas de oro.
Por este extraño y misterioso suceso, se decidieron dar ambos nombres a las dos calles próximas: el callejón del infierno, donde se cuenta que estuvo la casa de la bruja y el callejón del diablo.
Cuenta la leyenda que un cristiano noble toledano, Felipe Pantoja se encontró con una bruja toledana, conocida como la Diablesa. Su objetivo: necesitaba un conjuro para acabar con un competidor: Samuel, el pretendiente de Rebeca y con el que Felipe Pantoja quería acabar, terminó muriendo a causa del conjuro preparado por la Diablesa y Felipe consigue casarse con la ya conversa Rebeca con la iglesia de San Torcuato como testigo.
Tras esto, Felipe Pantoja tuvo que pagar un alto precio en monedas de oro a la bruja toledana. Pero cuando las monedas tocaron las viejas manos de la bruja, llamas blancas y azules empezaron a surgir de su mano y del resto del cuerpo y un fuerte chillido inundó la habitación donde se encontraban y que acabaron consumiendo su desgastado cuerpo. Al mismo tiempo. Felipe Pantoja fue empujado por una fuerza sobrenatural al suelo, fuera de la casa de la bruja.
Creyéndose muerto, vio su aterrado reflejo en un charco y salió huyendo de ese espantoso lugar, dejando allí tiradas sus cincuenta monedas de oro.
Por este extraño y misterioso suceso, se decidieron dar ambos nombres a las dos calles próximas: el callejón del infierno, donde se cuenta que estuvo la casa de la bruja y el callejón del diablo.
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