Al amparo de esta Ley, el diputado por Toledo Pedro Nolasco Mansi, presentó una nueva proposición para la construcción de un ferrocarril que partiendo de Castillejo y pasando por Toledo, Torrijos y Talavera de la Reina, llegase a Extremadura y desde allí se encaminase hacia la frontera con Portugal. Estimó que la mejor solución era que la provincia asumiera por sí sola la construcción, ante el temor a que el Estado no pudiera proporcionar recursos suficientes ante la inmensa deuda que acumulaba.
El 29 de junio de 1855 tuvo lugar la reunión de los representantes de los pueblos para acordar el número de acciones que deseaban suscribir. El resultado no pudo ser más desalentador; la mayoría de los pueblos no estaban en condición de posibilitar fondos, bien por su penuria económica o porque el ferrocarril no les reportaría beneficios debido al alejamiento de su localidad.
En consecuencia, la construcción de este ferrocarril que hubiera convertido a Toledo en un punto importante de paso de una línea de primer orden se vio paralizada, e irremediablemente frustrada el 14 de junio de 1856 cuando las Cortes aprueban el ferrocarril de servicio público Madrid-Plasencia a través de Torrijos y Talavera.
Sin duda el conocimiento de esta circunstancia fue lo que movió a José de Salamanca -Marqués de Salamanca y promotor de la línea Madrid a Aranjuez, Almansa y Alicante- a presentar al Ayuntamiento de Toledo el 28 de febrero de 1856, un nuevo proyecto para la construcción del ferrocarril Toledo-Villasequilla. Aunque las condiciones iniciales impuestas por Salamanca fueron leoninas, las negociaciones cristalizaron en la Ley de 24 de junio de 1856, sancionada por la Reina Isabel II el 11 de julio.
Esta Ley autorizaba la construcción del ferrocarril de Castillejo a Toledo, otorgaba la concesión por 99 años y fijaba una subvención del Ayuntamiento en los 44.802,80 reales bajo las siguientes condiciones:
El plazo de ejecución de las obras sería de un año contando a partir del día 13 de julio de 1856, fecha en que fue publicada la concesión en la Gaceta de Madrid.
El trazado, en vía única, partiría de Castillejo pasando por la finca de Villamejor y terminado en Toledo construyéndose estaciones tan solo en los puntos extremos, si bien se instaló un apartadero en el kilómetro 11,5 para el cruce de trenes que recibiría el nombre de Algodor, por la cercanía a dicho río.
Con estas bases y las que fijaba la propia Ley General de Ferrocarriles, dieron comienzo rápidamente las obras cuyo coste ascendió a 1.293.808,78 reales. La vía se tendió con carril Brunel de 35´50 kilogramos por metro lineal. Tras la prórroga concedida para la terminación de las obras que tiene lugar el 2 de mayo de 1858, se procede a la solemne inauguración de la línea el 12 de junio con la asistencia de la Reina Isabel II, aunque varias fuentes apuntan la circulación de trenes para llevar al público toledano a la corrida de toros que se celebró en Aranjuez el 30 de mayo con motivo de la festividad de San Fernando.
Poco duró el ramal en manos de Salamanca –tal vez por necesidades económicas–, ya que el 16 de diciembre vende la concesión a MZA cuya incorporación efectiva se produce en febrero de 1859. Tras un breve paso por la Compañía de los Ferrocarriles de Ciudad Real a Badajoz y de Almorchón a las Minas de Carbón de Bélmez (el que transcurre desde el 23 de abril de 1879 al 8 de abril de 1880), la concesión vuelve de nuevo a MZA que decide comprar aquella Compañía, celosa de la posible competencia que le pudiera hacer a través de “La Directa”.
Si bien Salamanca retomó su vieja idea de continuar el ferrocarril hasta Talavera presentando un proyecto al consejo de administración de MZA, nunca llegó a materializarse ante el rechazo de la Compañía, quedando Toledo para siempre como mero ramal, en medio de dos grandes líneas.
La vieja aspiración de unir las dos principales ciudades de la provincia se vio materializada con la inauguración del efímero ferrocarril de Bargas a Toledo (1939-1947), si bien es cierto que nunca circularon trenes de viajeros desde Toledo más allá de Bargas.
La línea continuó bajo la administración de MZA sin grandes novedades hasta que en 1941, como todas las de ancho normal español, pasó a Renfe y partir de 1948 se englobó en su segunda Zona.
Ya bajo administración de Renfe, el 13 de septiembre de 1965, se puso en servicio la electrificación del ramal (complementando la realizada en 1963 entre Atocha y Alcázar de San Juan), inaugurada con un Ómnibus remolcado por una locomotora Alsthom de la serie 7600 (actual 276). A pesar de coexistir los servicios vía Parla y vía Castillejo, esta última fue la preferida por los viajeros hasta la clausura de la primera el 10 de enero de 1988, momento a partir del cual todos los servicios se prestaron por Aranjuez y Castillejo.
La inauguración de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, supuso otra decepción para la ciudad al pasar a tan solo a unos 12 kilómetros de la capital. Sin ebargo, se decidió posteriormente construir un línea en alta velocidad desde La Sagra a Toledo que en su último tramo debería de aprovechar el corredor de la línea existente. Por ello, el 2 de julio de 2003, con el servicio REX 7063 Toledo - Madrid-Chamartín se clausura el tramo Algodor-Toledo que es desmantelado para construir el nuevo ramal La Sagra-Toledo en alta velocidad, inaugurado el 15 de noviembre de 2005 y que entra en servicio al día siguiente. Paralelamente se procede a la suspensión del servicio de viajeros por el ramal de ancho ibérico.
El 29 de junio de 1855 tuvo lugar la reunión de los representantes de los pueblos para acordar el número de acciones que deseaban suscribir. El resultado no pudo ser más desalentador; la mayoría de los pueblos no estaban en condición de posibilitar fondos, bien por su penuria económica o porque el ferrocarril no les reportaría beneficios debido al alejamiento de su localidad.
En consecuencia, la construcción de este ferrocarril que hubiera convertido a Toledo en un punto importante de paso de una línea de primer orden se vio paralizada, e irremediablemente frustrada el 14 de junio de 1856 cuando las Cortes aprueban el ferrocarril de servicio público Madrid-Plasencia a través de Torrijos y Talavera.
Sin duda el conocimiento de esta circunstancia fue lo que movió a José de Salamanca -Marqués de Salamanca y promotor de la línea Madrid a Aranjuez, Almansa y Alicante- a presentar al Ayuntamiento de Toledo el 28 de febrero de 1856, un nuevo proyecto para la construcción del ferrocarril Toledo-Villasequilla. Aunque las condiciones iniciales impuestas por Salamanca fueron leoninas, las negociaciones cristalizaron en la Ley de 24 de junio de 1856, sancionada por la Reina Isabel II el 11 de julio.
Esta Ley autorizaba la construcción del ferrocarril de Castillejo a Toledo, otorgaba la concesión por 99 años y fijaba una subvención del Ayuntamiento en los 44.802,80 reales bajo las siguientes condiciones:
El plazo de ejecución de las obras sería de un año contando a partir del día 13 de julio de 1856, fecha en que fue publicada la concesión en la Gaceta de Madrid.
El trazado, en vía única, partiría de Castillejo pasando por la finca de Villamejor y terminado en Toledo construyéndose estaciones tan solo en los puntos extremos, si bien se instaló un apartadero en el kilómetro 11,5 para el cruce de trenes que recibiría el nombre de Algodor, por la cercanía a dicho río.
Con estas bases y las que fijaba la propia Ley General de Ferrocarriles, dieron comienzo rápidamente las obras cuyo coste ascendió a 1.293.808,78 reales. La vía se tendió con carril Brunel de 35´50 kilogramos por metro lineal. Tras la prórroga concedida para la terminación de las obras que tiene lugar el 2 de mayo de 1858, se procede a la solemne inauguración de la línea el 12 de junio con la asistencia de la Reina Isabel II, aunque varias fuentes apuntan la circulación de trenes para llevar al público toledano a la corrida de toros que se celebró en Aranjuez el 30 de mayo con motivo de la festividad de San Fernando.
Poco duró el ramal en manos de Salamanca –tal vez por necesidades económicas–, ya que el 16 de diciembre vende la concesión a MZA cuya incorporación efectiva se produce en febrero de 1859. Tras un breve paso por la Compañía de los Ferrocarriles de Ciudad Real a Badajoz y de Almorchón a las Minas de Carbón de Bélmez (el que transcurre desde el 23 de abril de 1879 al 8 de abril de 1880), la concesión vuelve de nuevo a MZA que decide comprar aquella Compañía, celosa de la posible competencia que le pudiera hacer a través de “La Directa”.
Si bien Salamanca retomó su vieja idea de continuar el ferrocarril hasta Talavera presentando un proyecto al consejo de administración de MZA, nunca llegó a materializarse ante el rechazo de la Compañía, quedando Toledo para siempre como mero ramal, en medio de dos grandes líneas.
La vieja aspiración de unir las dos principales ciudades de la provincia se vio materializada con la inauguración del efímero ferrocarril de Bargas a Toledo (1939-1947), si bien es cierto que nunca circularon trenes de viajeros desde Toledo más allá de Bargas.
La línea continuó bajo la administración de MZA sin grandes novedades hasta que en 1941, como todas las de ancho normal español, pasó a Renfe y partir de 1948 se englobó en su segunda Zona.
Ya bajo administración de Renfe, el 13 de septiembre de 1965, se puso en servicio la electrificación del ramal (complementando la realizada en 1963 entre Atocha y Alcázar de San Juan), inaugurada con un Ómnibus remolcado por una locomotora Alsthom de la serie 7600 (actual 276). A pesar de coexistir los servicios vía Parla y vía Castillejo, esta última fue la preferida por los viajeros hasta la clausura de la primera el 10 de enero de 1988, momento a partir del cual todos los servicios se prestaron por Aranjuez y Castillejo.
La inauguración de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, supuso otra decepción para la ciudad al pasar a tan solo a unos 12 kilómetros de la capital. Sin ebargo, se decidió posteriormente construir un línea en alta velocidad desde La Sagra a Toledo que en su último tramo debería de aprovechar el corredor de la línea existente. Por ello, el 2 de julio de 2003, con el servicio REX 7063 Toledo - Madrid-Chamartín se clausura el tramo Algodor-Toledo que es desmantelado para construir el nuevo ramal La Sagra-Toledo en alta velocidad, inaugurado el 15 de noviembre de 2005 y que entra en servicio al día siguiente. Paralelamente se procede a la suspensión del servicio de viajeros por el ramal de ancho ibérico.
Hola Julia, buen reportaje, muy bien documentado y las fotos muy buenas como siempre, un saludo desde Barcelona
ResponderEliminarMuchas gracias Pedroun beso.
EliminarLa soledad de una estación de trenes abandonada es terrible. Qué pena que se abandones estos edificios, que un lugar tan lleno de vida en otros tiempos, se deteriore hasta estos extremos. ¡Qué caprichosos somos!
ResponderEliminarMe han encantado como siempre tu entrada.
Un abrazo.
Hola Gloria si es una pena,pero la vida es así y nadie las cambiaun beso muy grande.
EliminarPues cada vez seran más, las que queden abandonadas si antes no las venden, es lo que tiene el progreso.Buenas fotos amiga. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias selene un saludo amiga.
ResponderEliminarMe gustan las estaciones abandonadas, tienen un misterio sobrecogedor, a tiempo que cierto grado de romanticismo, uno no puede dejar de imaginar las posibles historias vividas en ellas tiempos atrás.
ResponderEliminarA final de mes quiero ir a Canfranc, a ver que encuentro por allí, es un lugar que me tiene fascinado desde haces muchos años.
Abrazos.
Julia, admiro el valor que tienes para entrar a estos lugares de verdad! cuando yo veo un sitio abandonado se me ponen los pelos de punta...Muy buen reportaje.
ResponderEliminarun beso.
La verdad Marisa que hay mucha gente que me lo dice, que como tengo valor pero este sitio en concreto no esta muy mal cuando tengas tiempo mira el de LOS GONSALVEL EL FINAL hay si hay que tener un par de ovarios jajajaja pero por un buen reportaje cualquier cosa, un beso.
EliminarGracias Julia por compartir esta información y sumarla a la que estamos recopilando nosotros.
ResponderEliminarbesos.
Gracias a vosotros, para mi es un placer compartir lo que veo un saludo.
ResponderEliminarGeanial esta estacion!!Lo siento por no pasarme mas amenudo,estoy un poco liado.Un beso Julia.
ResponderEliminarDonde te metes que estas perdido no te perdono jajajajaja me alegro que me allas visitado un beso.
ResponderEliminarHola Julia,
ResponderEliminarLas fotos son increibles, parecen hasta de cuento de terror algunas, la verdad que es una pena que haya estaciones así, yo pase mucha infancia entre ellas en concreto en "Sardón de Duero" Valladolid, pero a dia de hoy han sido rehabilitadas y convertidas en vivienda, pero por otra parte nos permiten sacar fotos como estas,
Te he escrito un correo a tu cuenta de hotmail, preguntándote un par de cositas acerca de esta estación.
Saludos!!!
Hola Julia, he dado con tu blog de casualidad a través de otro llamado "pueblos sin vida", bien decir que estoy alucinada del trabajo que hacéis.
ResponderEliminarEste reportaje en especial me pilla muy cerca ya que vivo en Añover y añadir que curiosamente con estación o sin ella es un pueblo bastante mal comunicado, una pena teniendo en cuenta que estamos a 23 kmt. de Aranjuez y a 26 kmt. de Toledo.¡ En fin, rollos de comunidades y politiqueo!
La estación es una pasada y lo que me extraña es que sigan los aires acondicionados colgados. Un saludo y Gracias por vuestro trabajo!!