En primera instancia se determinó que los asesinos tuvieron libre acceso a la casa, ya que las cerraduras no habían sido forzadas y que las mujeres conocían al o los victimarios. De tal manera que los primeros indiciados fueron Don Delfino y familiares. Durante la investigación uno de los encargados, Inés González, notó el rastro de sangre, pequeñas gotas que salían de la casa y conducían a una carnicería cercana que resultó ser propiedad de Gabriel Villarreal y Emeterio González, un par de carniceros que eran conocidos en la colonia. Inicialmente fueron detenidos por las evidencias encontradas en la carnicería y con los interrogatorios terminaron confesando el crimen.
Al saber que la familia tenía dinero y una pequeña fortuna en monedas de plata. Gabriel junto con Emeterio planearon robar la casa, para lograrlo necesitaban entrar a la propiedad y someter a las mujeres, ellos conocían a Heliodoro y Fernando Montemayor que eran sobrinos de la familia, un par de jóvenes sin oficio y que estaban dispuestos a robar a sus familiares. Ellos serian la entrada segura. Necesitaban a un chofer para la huida e invitaron a un tal Pedro Ulloa para apoyarlos. El robo seria simple. Fernando y Helidoro tocarían la puerta para que las mujeres abrieran, al hacerlo los carniceros entrarían y las someterían, mientras que los hermanos buscarían el dinero y las cosas de valor que pudieran llevarse; No sería un gran problema.
Al llegar el día del golpe. Minutos después de que Don Delfino se retirara de su hogar y su mujer atrancara la puerta. Fernando tocó la puerta de la casa, su tía Antonia al ver a los sobrinos, no dudó en abrir la puerta y dejarlos pasar, en ese instante los carniceros aprovechando el momento se meten a la fuerza a la casa y someten a la señora Antonia, la meten en los cuartos donde Florinda aun dormía y fue despertada súbitamente por Gabriel y al verse sometida comienza a luchar mientras el hombre intentaba abusar de ella, mientras los demás buscaban el dinero. El llanto y los gritos de las mujeres pusieron nerviosos a los hombres y arremetieron en contra de ellas. Todo se salió de control cuando Gabriel arremete en contra de la joven y la degüella ante la mirada atónita de sus primos y los gritos de horror de la señora Antonia que también es asesinada de manera cruel. La agonía de las mujeres al desangrarse y el ruido de la sangre aspirada por sus gargantas en sus intentos por jalar el aire mientras su vida se desvanecía, terminó con aquella orgia de sangre. Los Hermanos Montemayor no daban crédito a lo que veían y los carniceros poseídos por el odio y tomaron el dinero que encontraron y alegando que fue mejor, que así no identificarían a nadie. Presurosos tomaron lo que pudieron y salieron huyendo de la casa, los hermanos abordaron el carro en donde Pedro esperaba y los carniceros corrieron rumbo a su negocio para esconderse mientras pasaba la “tormenta” .
La suerte no les duró mucho tiempo, fueron descubiertos y eventualmente arrestados, Gabriel confeso como habían planeado el robo y el asesinato de las mujeres, señalando a sus cómplices, la sociedad pedía un castigo ejemplar para los infernales asesinos. Durante su proceso fueron trasladados. Inexplicablemente los guardias relajaron la seguridad y les permitieron escapar, durante la huida, abrieron fuego en contra de ellos y terminaron con sus vidas. Después sus cuerpos fueron presentados para acallar la exigencia de justicia de la sociedad de aquella época y se corrió el rumor que Don Delfino había ordenado la ejecución de los criminales. El tiempo pasó y la casa se quedó en ruinas. No se sabe en que época comenzaron las leyendas sobrenaturales de este lugar. Versiones más actuales indican que el lugar comenzó a ser visitado durante la madrugada, por gente que salía de los antros y bares del Barrio Antiguo y que al calor de las borracheras comenzaron a acuñar el mito de que en la casa podían escucharse los lamentos de dolor de las mujeres, incluso algunas otras versiones indicaban que se veían sus espíritus rondar la obscuridad de la casa. Como un sitio abandonado e involucrado en un hecho de sangre horrible, la gente practicante de hechicería y cultos paganos comenzó a tomar este lugar como centro de adoración y prácticas de brujería que con el tiempo acrecentó la leyenda de que en este lugar se aparecían o se presentaban manifestaciones extrañas y demoniacas. La casa se convirtió en sitio obligado para los investigadores de lo paranormal, se dice que incluso vecinos del lugar hacían visitas guiadas por el lugar a cambio de dinero, esto atrajo la atención de las autoridades e invariablemente tapiaron la casa con blocks y malla corla para impedir el acceso al inmueble, pero el tiempo y el morbo de las personas por visitar un lugar supuestamente embrujado, lograron burlar estas barreras e introducirse de forma habitual por curiosos y practicantes de magia negra. En la actualidad el sitio continua en ruinas y es un lugar peligroso por lo antiguo de la construcción. Pero permanece esperando la visita de personas que se aventuren a descubrir sus secretos y encontrarse con los espíritus errantes de Doña Antonia y Florinda Montemayor o algo peor.
Testimonios recientes indican que al entrar en la casa, se puede sentir una vibra “pesada”, cambios de temperatura repentinos, sofocación y baja de presión; además de olores nauseabundos e inquietantes sombras acechando en sus sucios rincones. La verdad solo puede saberse visitando la casa y atestiguar estos fenómenos. Quizás el rumor más perturbador que rodea este lugar es que unos investigadores al recorrer la casa lograron captar una psicofonía en donde se escuchaba la voz de una mujer que gritaba “NO ME MATES GABRIEL…”
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