27 oct 2015

Penitenciaria de Zamora




Agosto de 1953 pasará a la historia como el mes en que se firmó el Concordato entre España y el Vaticano
Todo había empezado en Roma en el nombre de la Santísima Trinidad. Así rezaba la primera línea del Concordato ultimado aquel agosto de 1953, que el Boletín Oficial del Estado publicó el 19 de octubre
el Concordato fue fruto de cesiones por ambas partes contratantes, que ganaban más que lo que cedían
A partir del Vaticano














     

    

    




























































































































 miles de sacerdotes y algún prelado se fueron alejando del nacional catolicismo con tal libertad que el régimen, para reprimirlos, además de multas por cada homilía, habilitó una cárcel especial para curas en Zamora.
La cárcel de Zamora llegó a encerrar a 120 párrocos díscolos entre 1973 y 1976. La mayoría eran vascos.  El primer preso de la concordataria ingresó en 1968, fue el sacerdote Albero Gabikagogeaskoa coadjutor de Ibárruri por haber pronunciado una homilía subversiva fue condenado a tres meses y un día de prisión y a diez mil pesetas de multa.

La situación en la cárcel de los curas vascos era especialmente dura. Se les prohibía hablar en euskera y eran especialmente duros con ellos pues algunos apoyaban la lucha de ETA contra el franquismo.


 En 1969 intentaron una fuga haciendo un túnel con sus manos y con sus dientes pero fueron descubiertos poco antes de concluirlo.

Xirinachs un cura catalán, hizo una huelga de hambre para que lo pusieran en libertad,  además no bebía agua lo que le colocó al borde de la muerte. Tras seis días sin comer y cinco sin beber fue trasladado al Hospital Provincial  tras las gestiones del obispo de Zamora abandonó la huelga de hambre y cinco días después la cárcel.

En noviembre de 1973 seis de los siete curas el séptimo estaba enfermo que había en la cárcel prepararon un motín, destruyeron todos sus objetos alrededor y fueron condenados a 120 días en celdas de castigo. El motín tuvo repercusión a nivel internacional.

El recinto cerró en 1976 con sólo tres presos, uno de ellos, encarcelado por delitos políticos. Los sacerdotes fueron trasladados a casas religiosas. Dos de ellos cumplían condena por delitos comunes, y otro por delito de naturaleza política.


Mi agradecimiento a Miguel y Tania por su colaboración con nosotros gracias chicos!!

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