14 sept 2011

El Alamín

Hay muchas leyendas sobre este pueblo, yo me limito a contar lo que yo vi.
Hacía tiempo que sabíamos de su existencia pero lo fuimos dejando hasta el pasado sábado que fuimos,  aparcamos nuestro coche fuera y empezamos a ver casa por casa, todas eran iguales menos una que era mayor que las demás parece que esa pertenecía al médico  del pueblo.








Las tierras pertenecían al marqués de Comillas y su producción era el tabaco y algodón. El marqués mando construir el poblado en 1956 para que sus trabajadores no tuvieran que desplazarse.





Hace ocho años dividió su parcela en tres y las vendió.





Las 40 casas pertenecen hoy a una empresa llamada Residencial Rural El Alamín.
En sus buenos tiempos más de 150 personas vivían en El Alamín; este era un pueblo como otro cualquiera con su escuela, su bar y su Iglesia. Al ir marchando la gente por el poco rendimiento de las tierras empezaron las especulaciones y las leyendas que si había dos familias enfrentadas que si un pastor murió junto con todo el rebaño, en fin cuentos que muchos de los que allí vivieron niegan.
Yo lo único que puedo contar, es que el mayor susto que me lleve fue que la de la guardia civil se presentó y me recomendó quitara el coche de la entrada a la finca ya que era peligroso para la circulación, me pidieron que lo metiera dentro, les dije que yo no sabía conducir que si eran tan amables de hacerlo ellos y así lo hicieron,  por suerte tenía las llaves del coche .





Ellos me comentaron que gente venida de fuera solían  hacer psicofonías, rituales satánicos y organizar torneos de  airsoft.





Se  despidieron y nosotros seguimos con los ojos puestos en cualquier detalle,  intentando sacar buenas fotos, después como siempre hago me senté en uno de los bancos de una casa y me imagine como fue El Alamín y que fue de sus gentes.





Como veis es un pueblo que cierro con llave y quién sabe, algún día volverá a ser un nuevo pueblo.





 

15 comentarios :

  1. Precioso reportaje, me ha gustado mucho. Veo que conserva los techos, un sitio en el que habras disfrutado mucho de su estancia.

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  2. Un buen reportage!Un lugar muy chulo me a encantado,gracias por enseñarnos estos lugares!
    PD:Mi camara quiere ir!
    Un saludo Javi.

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  3. MUCHAS GRACIAS!!!ESTOY ORGULLOSA DE VOSOTROS buestra amiga Julia.

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  4. Gracias Pedro, un saludo JULIA.

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  5. Hola Julia!
    Preciosas fotos :) Me uno a tu grupo de seguidores. Mi blog es de F1, te invito a pasar si quieres y unirte a mi grupo de amigos.

    Saludos,
    Ricard

    PD: Me encanta la musica de fondo.

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  6. Gracias Ricard por segirme y que te guste mi musica un saludo Julia Fatela, tengo que entrar como anonimo porque no se que pasa con mi correo.

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  7. Hola Julia...¡me encanta verte en acción!. Tienes la extraordinaria facultad de sorprenderme cada vez que publicas un nuevo report. Con tus fotos y relatos nos haces sentir en el mismísimo lugar que nos muestras. Mil gracias por compartir tus andanzas. Un besito

    PD: Un bonito detalle la música de fondo. ;-)

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  8. Gracias amigo Mingo pero poreso se llama mi blog experiencias porque es lo que siento en esos momentos y lo de la musica es uno de los conciertos favoritos un saludo tu amiga Julia,porcierto salgo como anonimo porque no se que pasa con mi correo.

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  9. Hola Julia. he disfrutado mucho con este reportaje.
    Seguiré atento a tus novedades.
    Un abrazo
    Bastidas

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  10. buena localizacion julia! y magnificas fotos.
    la de pueblos. que tenemos olvidados...
    saludos!

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  11. Yo viví allí, desde los 8 hasta los 21 años. Eramos una comunidad formada por gentes venidas de varias sitios. Pueblos de alrededor: Almorox, Santa Cruz del Retamar, La Torre, Quismondo... y de otros lugares mas lejanos, como Avila o Lleida. Teníamos nuestra escuela, iglesia, dispensario para urgencias. Una monjitas que tenían allí su convento, ejercían de profesoras, cuidaban la iglesia y hacían labores de enfermería. Siempre hubo párroco, que ademas de misas, no echaba una película casa semana con un proyector de 35 mm. Cada uno con su silla a la escuela: Pantalla desplegada, se apaga la luz y el ruido de la maquina tapado por los disparos del viejo oeste. El pueblo estaba muy bien diseñado y equilibrado en el reparto de volúmenes Las casas, modernas para su tiempo, eran cedidas gratuitamente, solo se pagaba la luz. Paternalismo de marquesado: Siglo XX, había que escolarizar a los niños y dar cierta calidad de vida a los trabajadores. Vino bien, en aquella época tan oscura, a falta de otros medios, derechos y libertades.
    Existía un bar, para el ocio, donde la gente echaba su partida. Tenia su patrón y se hacían fiestas. Recuerdo navidades entrañables, cantando, de casa en casa, hasta el amanecer. Bollos, copitas, zambombas, panderetas y rascar una botella de anís: una percusión muy singular que todavía recuerdo con agrado.
    El médico venia una vez a la semana a pasar consulta. No había tiendas, pero acudían comerciantes ambulantes con regularidad. El pan era diario.
    La comunidad se integró perfectamente, como un pequeña ONU, se asimilaron costumbres y folklore de las diversas procedencias. Los niños jugábamos en libertad rodeados de naturaleza. Se dependía por proximidad de Villa del Prado, a cinco kilómetros por carretera. Una vez por semana se ponía un autobús a disposición para hacer compras. El transporte regular llegaba hasta el mismo poblado, una vez al día, hasta Madrid.
    Nunca hubo cementerio y nunca pasó nada extraño, ni hubo enfrentamientos. No había Guardia Civil y tampoco hacia falta.
    Allí se celebraron bautizos, comuniones e incluso bodas y hasta nos visitó el Obispo dos veces. Llegó, también, la igualdad de oportunidades y dieron algunas becas para ampliar estudios en la Capital. Esto y las pocas oportunidades para los jóvenes, coincidiendo con el desarrollismo, tan próximo, hizo que muchas familias emigraran a la gran ciudad. Los dueños de la finca, dejaron su explotación y ya no hacia falta mano de obra. Los últimos se quedaron para su mantenimiento, se hicieron viejos en el lugar y terminaron sus días en residencias del entorno. Todo influyó para su lenta despoblación. Al no ser propietarios, cada salida suponía el abandono de las casas. Sin moradores, aparece el saqueo, el pillaje y el destrozo, por el placer de destrozar. Siento ahora una gran nostalgia de esa época tan feliz de mi vida y me apena esa situación de pueblo abandonado.
    Es simplemente eso, un pueblo que nació, vivió y murió, como comunidad. Todo lo de mas: misterios, apariciones... son cuentos chinos y leyendas inventadas.

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    1. Me alegra tener de primera mano esta imformación, te lo agradezco de corazón y con tu permiso lo añadire al articulo un graludo.

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  12. Queria saludar a pura nostalgia por el retrato tan entrañable y preciso que ha descrito del poblado. Nosotros pasamos durante años (desde los 10 a los 18 años) todos los fines de semana y vacaciones en una casa de una finca cercana ,entre Alamin y Villa del Prado. Eramos muy pequeños y recorrer los dos kilometros que nos separaban del poblado era un reto. Nos encantaba llegar al poblado y recorrer las calles llenas de vida. Siempre pediamos agua a alguna señora que con gran gusto nos ofrecian. Cuando fuimos algo mayores lo que nos gustaba era colarnos en la finca próxima del marqués y llegar hasta el pequeño puente que cruzaba el Alberche (hoy dia desmontado) a los pies de la espectacular vivienda del marques, el castillo lo llamabamos, en realidad es un palacete manchego con una torre. El probema es que el puente lo solia custodiar un guarda que nos echaba con aires destemplados. La finca es espectacular, antes habia ganado bravo, disponía de caza, ciervos, gamos, faisanes, conejos. Además tambian tenia especies protejidas como el águila imperial, buitre negro, buho real e infinidad de otras aves. Un auténtico oasis que nos encontrabamos todos los fines de semana antagonico al follon caotico de Madrid. Cuando contemplo ahora las fotos se me saltan las lagrimas

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