Situada en la Serranía Norte de Guadalajara, Atienza es cruce de rutas importantes de sus lares: la del Cid, la del Románico Rural, la del Quijote y otras más concretas de la provincia; ello hará las delicias tanto del viajero ocasional como del senderista que se detenga a pasear su espacio y recorrer sus innumerables tesoros. A pesar de que su historia entierra sus orígenes en la necrópolis celtíbera del Altillo del Ceporro, son culturas posteriores las que dejan una marca indeleble sobre su apariencia y la memoria de los visitantes.
La muralla, que es mezcla de estilos constructivos y de materiales, guarda noticia de sus puertas de las que se conserva muy poco en la actualidad. El castillo del siglo XIII sobre sale en el relato merced a sus torres, la del homenaje, que es mirador del paisaje, y la de origen islámico integrada en el muro, celebre por estar citada en el Cantar del Mio Cid.
Entre las obras religiosas el ábside del Monasterio de San Francisco, de estilo gótico, lo único que queda tras el saqueo francés. San Bartolomé, levantada en el siglo XIII, tiene sobre su románico las reformas y ampliaciones del siglo XVI. Santa María del Val, San juan del Mercado, la iglesia de la Santísima Trinidad o Santa María del Rey, son otros de los múltiples ejemplos que encontraremos.
Las obras civiles se nos despliegan en conjuntos arquitectónicos como la Plaza del Trigo, magnífico ejemplo de plaza castellana o la Plaza de España, con su forma triangular y la fuente de los delfines del siglo XVIII. En sus edificios más notables se encuentran los Museos de Atienza, como si faltaran razones la villa nos brinda este último señuelo.
Se ve muy lindo. Besitos.
ResponderEliminarGracias Teresa!! un beso paisana
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