Un lugar donde parece haberse parado el tiempo y donde se puede sentir aún el latido de las gentes que habitaron sus casas, rezaron en su iglesia y trabajaron sus campos. Siglo a siglo y censo a censo, se ha mantenido la constante ocupación agrícola y ganadera de sus habitantes, en un entorno de singular belleza donde tiene su espacio la encina y por donde discurre el cauce del río Moros, sobre el que permanece el puente, impasible al pulso del tiempo. Un río que entre Valdeprados y Guijasalbas forma un espectacular cañón de paredes verticales conocido como “La Risca”, donde anidan numerosas aves rapaces.
Ya en el s.XI, con la organización del territorio segoviano en comunidades de Villa y Tierra, Guijasalbas queda encuadrado dentro de la Tierra de Segovia, perteneciendo al Sexmo de San Martín y dentro de él a la cuadrilla de Otero. Es mencionado por primera vez con el nombre de Eclessiae Albae en 1247, en un documento de reparto de rentas de la catedral, entre el obispo y el cabildo. La cercanía de estos territorios a la ciudad de Segovia y la fertilidad de su tierra hacen que se conviertan en una posesión apetecible para las altas clases que en el s.XV se disputaban el poder en Segovia.
En 1450 Enrique IV firma una concesión de tierras y derechos a favor de Diego Arias Dávila en un intento de señorialización del territorio, el primero de dominio fiscal que se hace en la Tierra de Segovia. Así, en el documento de creación de mayorazgo que realizan dicho Diego Arias Dávila, señor de Puñonrostro, y su esposa en 1462, aparece con el nombre de Iglesias Alvas. En la Carta de Trato y Conveniencia con los lugares de su propiedad, a éste le corresponde el pago “de medio pechero en diez y seis monedas, en ciento veintiocho maravedíes y si fuese más o menos a su respecto en moneda forera; por las alcabalas cincuenta maravedíes”. A finales del s. XV, Juan Arias Dávila, cuarto señor de Puñonrostro, es elevado a la categoría de Conde, ejerciendo medidas de presión fiscal sobre los vecinos, arrendatarios tanto de sus casas como de las tierras que trabajan; de hecho en 1642 se hace referencia sobre testimonio de arriendos y posesiones en el lugar, apareciendo el Conde de Puñonrostro como arrendador del término (que aparece desde 1591 como Grijas Albas), casas y pastos a los vecinos por quinientas cincuenta fanegas por mitad trigo y cebada cada año; además tiene arrendado un molino con morada por noventa fanegas, mitad de trigo y cebada. En el s. XVIII, y según el catastro de Ensenada, había un pajar, un corral para herrar ganado, diferentes casas, divididas por su localización entre el barrio de arriba y el de abajo, un monte chaparral, un molino con dos ruedas, eras, prados y tierras, todo propiedad del Conde.
A partir de 1857, en que se incorpora al municipio de Valdeprados, al cual sigue anejado en la actualidad como barrio, ya no aparecen datos censales ni de otro tipo documentados sobre Guijasalbas. Sin embargo sabemos, que el último Conde de Puñonrostro vendió el caserío y su término a un íntimo amigo también artillero, Francisco de la Piñeda y Díaz, de quien lo hereda su hija Blanca de la Piñeda Bayón. Ésta se casa con Alfonso Velarde Arriete (Conde de Velarde), y finalmente lo hereda de una tía un hijo de éstos, Alfonso Velarde de la Piñeda, actual Conde de Velarde. Éste último, en vida, ha donado Guijasalbas a sus cinco hijos, los actuales propietarios.
Julia, me gusta mucho tu manera de fotografiar , tus encuadres son geniales ! te felicito .
ResponderEliminarMuchas gracias Fabián es un honor viniendo de un fotografo como tu, un saludo desde España.
ResponderEliminarEstupenda forma de transportarnos a esa España de rancio abolengo, de riqueza y poderío, esa España que fué y tuvo todo y que hoy en día poco a poco se está convirtiendo en esos lugares solitarios y abandonados que tan bien nos relatas y fotografías. ¡Muchas gracias por tu buen trabajo y sobre todo por compartirlo y hacernos cultivar nuestra memoria histórica!!
ResponderEliminarUn saludo y Felicidades!!
Hola Julia. Ecuentro que son muy interesantes sus reportajes sobre despoblados. La felicito. Un saludo, Carlos.
ResponderEliminarHola Julia. Ecuentro que son muy interesantes sus reportajes sobre despoblados. Las fotos son excelentes y aportan una visión muy completa de los sitios visitados. Esto lo puedo afirmar porque he tenido la oportunidad de recorrer muchos de ellos. La felicito. Un saludo, Carlos Sieiro.
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS UN SALUDO.
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