las hojas caídas de los almendros,
en el fruto dulce de un cerezo.
Se esmera en proteger la ranura, tranquila
encuentra lechos de flores, espacios
que ella misma preparo
montaña, mar, y desierto.
Está en las olas del mar que tiene del azul, el zafiro.
viste de magia su mirada al descubrir
estrellas nuevas y el brillo
nuevo renacido en otra
cuando una murió..
Siembra jazmines, girasoles y pinos
elocuentes e incansables buscan
limpia la madrugada.
Dorado el sol, su beso agradecido
la tarde pinta, sutil
tranquila.
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