El Palacio da Regaleira también llamado Quinta da Regaleira o Palacio de los millones fue mandado construir por orden de Antonio Augusto Carvalho Monteiro. Augusto Carvalho Monteiro contaba con una considerable fortuna acuñada de sus negocios en Brasil (hay quien dice que provenía del tráfico de esclavos) y con ella mandó construir un gran palacio de inspiración alquímica, masónica y neogótica.
La restauración de los inmensos jardines que ya formaban parte del terreno de la Quinta fue obra del arquitecto y escenógrafo italiano Luigi Manini.
Situado en pleno centro histórico de Sintra (Portugal) en la Estrada Nova da Rainha y declarado patrimonio mundial por la UNESCO se erige la fastuosa obra de Carvalho
Antes de la construcción: datando el lugar donde se sitúa La Quinta.
-1697: José Leite es el propietario del terreno donde ahora está situada la Quinta.
-1715: Francisco Alberto Guimarães de Castro compra la propiedad que por aquel entonces se conoce como Quinta da Torre o quinta do Castro;se canaliza el agua de la Sierra para la creación de una fuente.
-1830: El propietario es Manuel Bernardo y pasa a llamarse Quinta da Regaleira.
-1840: La propietaria es la Baronesa da Regaleira o baronesa Allen, que manda construir una casa de campo en la Quinta y los jardines.
-1892: La Baronesa da Regaleira vende la propiedad a Antonio Augusto Carvalho Monteiro y éste inicia las obras de la actual Quinta.
-1910: La Quinta está casi terminada.
-1942: La quinta pasa a manos de Waldemar D’Orey que respeta la original construcción.
-1987: La Quinta se vende a una empresa japonesa (AOKI); se contratan unos guardeses y queda cerrada para el público.
-1997: El Ayuntamiento de Sintra se hace con la propiedad y se dedica a restaurarla para la apertura al público.
-Desde entonces es declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Culto masónico.
Símbolos como la Luna, la Tierra y el Sol se encuentran repartidos por toda la finca junto a la cruz de la Orden de Cristo que fundó el rey Don Dinis en el siglo XIV.
Basta fijarnos en la enorme cruz templaria que decora el fondo del pozo iniciático y en la anteriormente citada cruz de la Orden de Cristo en el suelo de la capilla para darnos cuenta de que toda la construcción de la quinta está conceptuada como un gigantesco templo masónico-templario.
Es muy curioso que toda la Quinta esta interconectada por una serie de pozos y cavernas, que constituyen un misterioso entramado de grutas que conectan capilla, casa, pozos y diversas grutas repartidas por todo el bosque anexo al Palacio.
Los lugareños relatan escabrosas historias heredadas de generación en generación sobre cultos masónicos, rituales satánicos y cristianismo gnóstico-escatológico, la mayoría de vecinos de Sintra a los que preguntamos nos dijeron que a veces por las noches cuando estaba ya cerrada la quinta al público se escuchaban cánticos extraños y se veían luces a lo largo del bosque o se encendían luces en los pisos superiores de la casa.
No sabemos que puede haber de verdad en ello porque no hemos encontrado testimonio escrito de ninguna de estas prácticas pero sí cabe destacar la densa atmósfera que se respira dentro de la Quinta, cargada de magnetismo y misterio.
Carvalho Monteiro quiso vivir rodeado de todo el poder del simbolismo de la Logia Masónica e inspirándose en este culto y en una serie de visiones que tuvo realiza una serie de bocetos de la futura quinta y contrata al arquitecto Luigi Manini para llevar a cabo su idea.
La Quinta da Regaleira está también inspirada en la Divina Comedia de Dante; los sinuosos caminos, colinas y grutas hacen referencia a las dificultades del Mundo y a la bajada a los Infiernos.
El Pozo Iniciático simboliza la Muerte y lentamente desciende (el descenso es el purgatorio) hacia las grutas que interconectan toda la quinta (el Infierno).
También se hace referencia a la reencarnación con la escalera del Pozo; supuestamente es el camino que hay que seguir para lograr este objetivo.
Además de la construcción a cargo de Manini cabe destacar una mención especial del escultor José da Fonseca que realizó numerosas piezas decorativas para completar el trabajo de Manini.
Partes destacables de La Quinta.
La capilla de la santísima Trinidad.
De construcción neogótica y neomanuelina ( típica portuguesa) se trata de una pequeña capilla situada a un lado de la casa principal que en la parte trasera tiene un estanque.
La capilla cuenta con una parte alta desde la que puede divisarse el suelo de la parte baja con la cruz de la orden de cristo en todo su esplendor y también cuenta con una cripta en el subsuelo; los días que estuvimos allí afortunadamente la entrada a la Cripta estaba abierta.
En ella descubrimos una puerta con una reja que también estaba abierta y bajando por allí comprobamos que daba a una galería subterránea que comunicaba con el Pozo Iniciático.
En ella descubrimos una puerta con una reja que también estaba abierta y bajando por allí comprobamos que daba a una galería subterránea que comunicaba con el Pozo Iniciático.
El estanque es el denominado Lago de los cisnes y enfrente de él hay un precioso banco con arcos de arquitectura también gótica.
Palacio da Regaleira:
A cargo del arquitecto anteriormente citado Manini y toda la escayola es obra de José Fonseca. Destaca la misteriosa torre octogonal que en la parte más alta de la casa está abierta en una terraza que pertenece a la Biblioteca y cuarto de alquimia; Carvalho era muy aficionado a la Química y Astrología.
Su arquitectura rinde profundo homenaje a la Alquimia medieval y su laboratorio escondido en la parte más alta del palacio encierra los saberes de Flamel, Paracelso, Zózimo, Lúlio o el mismísimo Hermes.
Y no es para menos el afirmar que con la construcción de la Quinta, Carvalho elaboró con piedra la Quintaesencia de los poderes más ocultos de la Alquimia, Masonería y la Orden del Temple.
Pozo iniciático:
Lo primero que encontramos es una entrada con decoraciones en escayola en la que se representa a dos guardianes en forma de león-pez que custodian el pozo que tiene forma de caracola y representa la escalera en espiral hasta llegar al fondo ,donde se encuentra la enorme cruz templaria (más concretamente una rosa de los vientos sobre cruz templaria, claro signo de la Orden de Rosacruz).
La escalera de caracol sustentada por columnas con diferentes motivos nos lleva a una galería subterránea que está intercomunicada mediante un complejo sistema de grutas y pozos con toda la Quinta.
La escalera está constituida por nueve rellanos y quince escalones que simbolizan los nueve círculos del infierno de Dante así como también se representan los nueve círculos del purgatorio y del paraíso.
Estatuas de Quimeras y Hermes: en la entrada del pozo; custodiando la bajada en espiral.
Bosque: La parte boscosa pegada al Palacio está muy cuidada y a medida que se va ascendiendo en la quinta se hace más salvaje; Carvalho intentó plasmar aquí la idea de la parte oscura y animal que poseen todos los seres humanos y que se puede poner de manifiesto en cualquier momento.
Desde el primer momento en que accedimos a la Quinta nos invadió una especie de halo de misterio; el ambiente estaba muy cargado y dentro del palacio parecía que al dar la vuelta a la esquina ibas a toparte de frente con alguna presencia de otro tiempo.
Estuvimos investigando hasta el último recodo de la Quinta y lo que más nos llamó la atención fue que en diversas partes del bosque existían pequeñas grutas decoradas con distintos motivos; una de ellas estaba totalmente decorada con cristales de colores y casi todas comunicaban subterráneamente con la casa y la cripta.
Encontramos también un invernadero en muy mal estado en el que según nos contaron, Carvalho se dedicaba a cultivar distintas plantas como Atropa Belladona, Datura Stramonium etc…una curiosa colección de plantas de las que se extraen potentes venenos.
En la fachada del invernadero nos encontramos con una representación en escayola del propio Carvalho, que sonríe de manera extraña y de su cabeza nacen cuernos de carnero…culto satánico? Puede ser, pero nadie nos respondió con certeza…
Indiscutiblemente se trata de un lugar de arquitectura singular, de gran belleza y valor incalculable pero a pesar de ello en el ambiente flota una sensación muy rara, como si el lugar hubiese quedado impregnado con el saber de todas las ceremonias que allí se rindieron al culto masónico…y tal vez a otro tipo de cultos.
No cabe duda que pasear por la Quinta evoca fragmentos de un pasado no muy lejano, cuajado de doctrinas, creencias, mitos ancestrales y minoritarias corrientes esotéricas.
La obra de Carvalho es un compendio de distintos sueños míticos, simbología, ocultismo e historia conectados terrenal y conceptualmente; una concepción artística redonda y cargada de magnetismo.
Hay quien dice que Carvalho perseguía con este fin el levantar la moral del hombre construyendo una gran obra…pero de los testimonios de los lugareños podemos extraer también que Carvalho no perseguía únicamente un fin arquitectónico sino que iba más allá tratando de crear un verdadero templo masónico y ocultista impregnado de energías prohibidas y que perdurara por los siglos.
No sabemos que secretos esconden sus paredes cargadas de poderoso e impresionante estilo neomanuelino aderezado con pinceladas neogóticas pero lo que es indiscutible es que es un lugar que no deja a nadie indiferente; la Quinta se erige como un auténtico centro neurálgico del culto masónico del siglo XIX en Portugal y encierra toda la esencia de la Ciencia Hermética.
Hola Julia, ¡ Que alegría verte. Estuve en Sintra y este palacio no lo vi, tendré que volver. Besos.
ResponderEliminarGracias amiga!!! si hacia mucho que no publicaba pero las vacaciones me han sentado bien y con ganas de seguir con esto un besote paisana!!!!
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